martes, 3 de abril de 2018

El punto contra el plano VII


7. De practicidad

Y ahora quiero tornar el relato hacia la practicidad del asunto. Quizá se haya traslucido a lo largo de estos pensares un posicionamiento más bien anti-independentista. No lo negaré, el texto es el que es, y tras él, hay ciertas porciones de mí (pero no todas). Pero lo afirmo, sin tibiezas: me posiciono en contra del procés. He tratado de entenderlo, con muchísima humildad, he hablado y discutido con un gran número de independentistas. Me he negado a mí mismo, incluso he jugado a su juego, y me hice independentista. También me hice anti-independentista pro-referéndum. Así es la identidad, cuando uno conoce su propio ego: mudable: lo único estable en nosotros es el alma (que diríamos los cristianos) o la conciencia (que diríamos los budistas)… En fin, he jugado a todos estos juegos, y cuando ya reculaba para recuperar un poquito la visión global y objetiva, sucedió el referéndum, y la declaración unilateral de independencia. Y con esto, sucedió que se me agotaron la tibieza y las ganas de jugar. ¿Cómo? ¿Que unos poquitos puntos deciden sobre el futuro de todo el plano? ¿Que como argumentos dicen que es “la voluntad de los puntitos” y que al resto de puntos no nos concierne?

Bueno. Y:

¿Qué hacer en esta situación? No se puede hacer nada. Solo confiar en las leyes que nos unen y hermanan, aunque haya hermanos que no quieran ser hermanos… es la familia donde nos tocó nacer. Y es por esto, por esto mismo, por lo que me posiciono contra el procés: y esgrimo una flechita a los cuatro vientos à
à Creo que tanto Rajoy (y la mayor parte de los españoles) como Puigdemont (y la mayor parte de los catalano-independentistas) padecen la misma ensoñación, el mismo ensimismamiento, la misma dolencia y padecimiento al identificarse con sus propias ideas y proyecciones. No son las mismas proyecciones (de ahí el problema, X no es X para los dos), pero sí son proyecciones irreales (en realidad X es igual a Z para Rajoy y X es igual a J para Puigdemont. X es X y punto. Ahora bien, ¿qué es X? No lo sé. No conozco la Realidad).
            Pero eso no importa. Estoy en contra del procés por una cuestión cronotópica. Estoy a favor de la unidad de España, porque es la situación en la que nos encontramos hoy en día. Porque el devenir de la historia nos ha traído aquí. A este momento raro y concreto. Y es este momento, nuestro referente y nuestro motor. Creo que se ha sudado mucho, que se han derramado muchas lágrimas y mucha sangre, para encontrarnos en el momento en el que nos encontramos. Probablemente se hayan hecho barbaridades horrendas en el pasado, pero el pasado nos ha dado el presente. Creo que una separación sería ir a peor: caída de la economía, fractura social, enfrentamientos turbios, imposiciones de la comunidad internacional, y un largo etcétera.
            No me engaño (no os engañéis vosotros conmigo tampoco): si a lo largo del curso de la historia Cataluña hubiera conseguido su independencia, o si bien nunca hubiera pertenecido al territorio español, mi discurso sería el contrario: si el equilibrio presente se viera trastocado por una pulsión nacionalista-española para conquistar e integrar Cataluña contra la voluntad del pueblo catalán, me manifestaría consumadamente en contra. Creo en el azar del devenir de la historia. Nos toca gestionar el presente, con razón y corazón. No con uno solo de los dos.
            He dicho que los anti-independentistas y que los independentistas padecían del mismo mal: pero la situación es diferente: Rajoy quiere estabilidad, lo cual es sinónimo de preservación de la situación. Los independentistas quieren romper la situación actual, lo cual es sinónimo de desestabilidad. Yo quiero cambios (desde lo más hondo de mis proyecciones) pero dentro del marco existente. Quiero justicia social, quiero fraternidad, quiero luz. No quiero rabias, ni odio, ni rencores.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Que el mundo se me parezca

  Que el mundo se me parezca   El confinamiento nos ha traído, aparte de algunas otras decenas de cosas, reflexión. Es cierto que estamo...