lunes, 4 de junio de 2018

Las sombras


                 
                  Tras la moción de censura, publiqué esto en Facebook:



                  "Pregunta a Podemos (si alguien se anima a responderme, me ayudará):
                 ¿Os dais cuenta de lo difícil que es crear convivencia en un país convulso, lleno de rabias y rencores?
                 ¿Os dais cuenta de que ciertas políticas pueden llevarnos a una guerra civil?
             El equilibrio requiere mucha paz, mucha calma, y un discurso despojado de expresiones como "Ciudadanos es la Ultraderecha", que agitan mucho. Se os irá de las manos..."



                  Mi amigo Óscar me respondió:

"Porque son abanderados del capitalismo mas extremo que esta directamente relacionada con la extrema derecha, pues son las ideologías de derechas las que fomentaron el sistema capitalista en el mundo. Luego, muchas de izquierdas también. Es tan sencillo como eso. Os perdéis en los bosques de izquierdas y derechas, que es lo que interesa a los estados. Que discutamos sobre sandeces. Aquí todo se resume en acabar con el capitalismo, pues si pensáis a fondo sobre la raíz de todos los problemas, el capitalismo es la base y cimiento de todos ellos. Aquí ya no hay ideología mas lejos que la sucia pasta. Me sorprende infinito marcos que no veas eso. Me asombra en extremo que aun creas que unos son buenos y otros malos. Ni ciudadanos apoyó la manifestación feminista a nivel nacional porque iba en contra del capitalismo ( cosa que es de cajón, que la revolución feminista sea en realidad una lucha contra el capitalismo machista) ni los de podemos son capaces de conformarse con una casita de campo de unos humildes 200.000 euros con 40 años de hipoteca. Así que no os perdáis, si acaso así queréis verlo, en los puntos del día a discutir que os ofrecen los partidos diariamente en las noticias. solo es para que tengáis algo de que hablar por facebook y no perdáis el tiempo pensando en cosas más amplias de miras. Hace ya mucho que la política no soluciona nada. Que no arregla problemas. Mas bien los crea. Y gordos. Si las política hiciera algo por la ciudadanía aparte de exprimirles, quizá Marcos tu vivirías aquí y no nos veríamos cada 5 años 3 horas. Creo personalmente, que lo más honesto por parte de los ciudadanos seria no apoyar a ninguno y apoyarnos entre nosotros. Los políticos son profesionales de la manipulación. Y nos manipulan. La prueba es la cantidad de tiempo que gastamos discutiendo sobre partidos y no sobre política".


***


              Y ahora quiero responderle aquí, en este espacio de reflexión, de moderación, de calma, al que le invito por supuesto. De hecho él es el primero (aparte de mí) en sembrar de verbos este blog, y me alegra. Porque él es mi amigo. Uno de verdad. Uno de los que quiero cuidar, de los que ni podaré de mi vida, ni dejaré que nadie lo haga.

                 

                      Mi querido amigo:

                  Muchas veces mencionas esto del Facebook, como que no es un lugar de debates o de ordenación de las ideas de uno mismo. Pero sí puede serlo.

                  También cuestionas, muchas veces, el hablar de política: ¿por qué dedicarles a “ellos” un tiempo que no nos dedican a “nosotros”? Este punto es muy interesante. Y muy amplio, por supuesto.

                  Ahora propones otro punto (este es nuevo, y me gusta): “hablamos de partidos pero no de política”. Habrá que desgranar este punto, quizá en otra ocasión (no sé si en mi respuesta tocaré esta cuestión, pero queda ahí sembrada en mis reflexiones). En cualquier caso, comparto contigo esta afirmación.

                  Comienzo pues:

                  Al Facebook le pasa como al capitalismo (meto así este tema del que hablas): ni el Facebook es malo, ni lo es capitalismo, como no lo son las escopetas de caza, ni los cuchillos de cocina. Lo que está torcido (completamente) en nosotros es nuestro interior. Tenemos un EGO brutal que nos impide acceder a la Realidad de las cosas.

                  Cada uno de nosotros monta su propia Realidad, en base a infinitos factores: experiencias, educación, lecturas, entornos, sensibilidades, etc. Esto es muy fácil de observar, cuando uno comienza a despojarse de sombras el entendimiento, y empieza a acceder a personas realmente buenas y sensibles, espirituales, concienciadas y conscientes, llenas de amor, que están afiliados al PP, a Ciudadanos, a Podemos, a Vox, a IU, a ERC, o a lo que en un momento dado han visto más adecuado para ellos.

                  Cada uno ve una Realidad diferente, la que se haya construido, y tenemos la (terrible) tendencia a pensar, o peor aún, a asumir, que la nuestra es la buena. La de los otros, es la mala.

                  Estoy de acuerdo contigo en que vemos “buenos y malos” por doquier (nosotros, por supuesto, estamos en el bando de los buenos). Con lo que no puedo estar de acuerdo es con el juicio sobre mí que lanzas:

                  “me asombra en extremo que aún creas que unos son buenos y otros malos”

                  Ese juicio me deja ver una cosa (que también me asombra, y me entristece): que hayas leído eso en alguna parte de mí, o de mis escritos.  Si has interpretado que en mi comentario estoy defendiendo a Ciudadanos, es que estás leyéndome desde tus propios filtros… Y eso no vale. No puedo argumentar cada palabra, y menos a un amigo. Si me conoces, no hará falta.


                  Capitalismo.

                  El capitalismo no es una idea mala. El capitalismo nace en EEUU, con la construcción del ferrocarril, en el siglo XIX. Como no había dinero para tamaña empresa, muchos empresarios multimillonarios se asociaron para llevarla a cabo. A cambio, recibieron sus pertinentes beneficios. El capitalismo es el opuesto al comunismo: el capitalismo libera la economía, para que la gente se busque la vida, para que quien quiera o tenga suerte, puede ascender en la escala social, y quien no dé palo al agua o tenga mala suerte, pues se quede en su lugar.

                  En respuesta, el Comunismo busca lo contrario: hagas lo que hagas, la riqueza es esta, y se distribuye entre todos. Pero ojo, aquí nadie puede escalar en la sociedad, todos iguales, sin libertad individual y todos felices.

                  Buscando un equilibrio entre ambas, nace el socialismo (que regula, justamente, la “suerte” que deja colgada el capitalismo): libertad económica, incentivación de la iniciativa privada (que es en definitiva lo que contribuye al desarrollo de una sociedad) pero limitaciones del gobierno y redistribución más justa en la sociedad. Sin duda esta idea es la más atrayente.

                  El problema no es la idea que tratemos de implantar. El problema reside en el EGO humano. Ahí están nuestras maldades. Todas las ideologías políticas tienden a una mejora de la sociedad, de la colectividad y del individuo. Pero ninguna podrá aplicarse completamente porque el EGO de los hombres que componen esta sociedad se impondrá finalmente.

                  Todo funciona con periodos, naturalmente. Podemos crear una república, y durante unas semanas, los que ven la Realidad a través de su película republicana, estarán muy felices (los pobres, que piensan que los políticos pueden resolver sus miserias internas). Los que no ven la Realidad con su película Republicana, pues no estarán tan felices, y vivirán a disgusto. Pero cuando los EGOS comiencen a expresarse, la corrupción empezará, comenzarán las violencias, las leyes, las imposiciones. Y entonces el otro bando verá que es el momento de unirse y hacerle la guerra a los primeros, e imponer sus modelos (que también buscan un bienestar para todos, bajo su óptica, por supuesto).

                  Ninguna idea política es mejor ni peor que otra. Y ninguna, en cualquier caso, es de una aplicación 100% posible.

                  Ahora bien: en el panorama actual, los hay que se les ve más soberbia creyendo que sus modelos son los buenos, y los de los otros son los malos, y los hay que juegan más con los silencios. Aunque estemos todos presos de nuestro EGO, naturalmente.

                  En este punto, me gustaría decir que se me partieron dos cosas con una imagen: algunas diputadas llorando de felicidad con el resultado de la moción de censura. Se me partió el corazón (de ver cómo aquellos personajes que representan al pueblo, estaban tan atrapados por la evidente ficción de que un gobierno puede en verdad mejorar tu interior, puede aliviar las propias miserias que llevas dentro. Por otro lado, me partí la caja.




                  ¿Por qué hablar por Facebook?

                  Bueno, podría hacerte la misma pregunta: ¿por qué me sigues? ¿Por qué lees lo que pongo? ¿Por qué me rebates? ¿Por qué nos explicas tus puntos de vista?

                  Pues por la misma razón, Óscar, lo hago yo. En el fondo de nosotros late una suerte de amor por los demás, que nos hace desear ayudarles. Claro, esa pulsión propia de la naturaleza tiene que salir afuera. Y en el camino de salida, se topa con tropecientos cuarenta y dos (coma cinco) egos que le harán salir de cualquier manera desbocada: pasiones, ideas, experiencias, discursos, justificaciones, argumentaciones, ejemplos, y demás rimbombancias.

                  Yo no estoy libre de este proceso.

                  Pero (como ya te expliqué en pasadas discusiones), cada vez que vomito algo por el Facebook trato de ser consecuente con lo que digo. A veces me atrapa un ego de cabreo bastante mendrugo, a veces estoy en puro zen matutino. Pero lo que pongo por aquí, todo, es meditado. Lo que no es (siempre) meditado es la forma. Pero bueno, como estoy cansado de la gente etérea que ni me va ni me viene, prefiero ir adquiriendo ciertas formas molestas y puñeteras, para que la gente se vaya apartando de mí, y que os quedéis los importantes, los que quiero, los que me quieren, con los que no existen reticencias ni resistencias desde el ego, pues el amor y la amistad no tienen barreras ni tapujos entre nosotros.

                  Retomo: Cada vez que vomito algo por el Facebook lo hago con una pulsión que trato de sembrar en mis palabras (en las enervantes, en las enervadas, en las rimbombantes, en las calmas, en las dulces, en las tormentosas). En mí late una gran pulsión por despertar (por despertarme yo y ayudar a otros a despertarse): entender que la Realidad no es este atajo de sombras que nos rodean. Que la realidad tampoco es la configuración que yo he decidido hacerme (o que otros han decidido por mí) a partir de este cúmulo de sombras.



                  La Realidad no tiene lengua ni verbo, se experimenta y se abraza, o nada.

                  Y en este despertar (que es casi diario, pero no dura todo el tiempo) uno observa a su alrededor y ve a todo el mundo conviviendo con las sombras, tratándolas como reales… Y enfrentándose entre ellos, porque aquella sombra tiene un tono de gris que tiende hacia el violeta, pero no (dice el de en frente) tiende hacia el lila. Hijoputa. Fascista. Fascista tú. Etc.

                  Cada vez que cuelgo algo estoy tratando de agitar esa conciencia larvada en nosotros. Algunos se quedarán zafándose de sus propias sombras, ante mis palabras. Otros, quizá con mucho tiempo, empiecen a lanzar miraditas al interior, en lugar de al exterior.

                  De momento, mi plan está saliendo bien, porque tengo descolocada a mucha gente: yo, que defiendo al PP cuando todo el mundo se le pone en contra, que soy podemita hasta la médula cuando surgen sus polémicas, que me interrogo sobre Ciudadanos cuando despuntan otras sombras, y un largo etcétera que quien lo conozca lo sabrá, y el que no, pues Santas Pascuas o Santas Sombras, a saber.

                  Este comentario en concreto. Pregunto si Ciudadanos es de Ultraderecha o no, con el ánimo de que la gente se dé cuenta de que ellos mismo han construido una “Realidad” a partir de los filtros de sus propias sombras.

                  Pero también para revitalizar un lenguaje que está yéndosenos por los desagües de la conciencia. Las palabras “fascismo”, “ultraderecha”, son tan sencillas de manejar hoy en día, son tan sencillas de deshinchar y re-insuflar a placer, con los contenidos que nos dicten las sombras, que veo que está pasando lo que pasó cuando estalló la Guerra Civil.

                  Entonces, en estos tiempos donde la cizaña está a la orden del día, donde las sombras se apoderan de cada uno de nosotros, enfrentándonos, creo que hay dos mensajes importantes que transmitir:

                  Por un lado, tratar de lanzar ondas de luz a las conciencias, para que (algunas, las que sean) puedan descubrir sus propias sombras.

                  Por otro, alertar de que el verbo tiene un poder mágico que mueve las sombras de uno y las de los demás. Que cuando uno dice “fascista” (y aún peor, cuando ve “fascismo” en cualquier cosa o persona) ha sido manipulado. Es un Walking Dead. Necesita tratamiento de luz, pero ya. Cuando uno ve la “Ultraderecha” por doquier, lo mismo. Especialmente cuando eres un líder político que abanderas la ÚNICA JUSTICIA, la ÚNICA RAZÓN, la ÚNICA VERDAD, la ÚNICA LIBERTAD, la ÚNICA DEMOCRACIA (Hablo de Pabla Iglesios, naturalmente). Cuando eres un líder al que sigue mucha gente. Y que quiere A-G-I-T-A-R (porque sus sombras le dictan que tiene que a-g-i-t-a-r), hay que pararle los pies (quienes deseamos que las sombras no se apoderen de todo). Pero más que a él, hay que prevenir a las buenas gentes de bien que tras las palabras de Iglesias hay un intento de manipulación.

                  à Ya, pero Rivera, y Rajoy, y y y y…

                  Sí, sí, los demás también lo hacen. Aunque (en general) con menos soberbia y odio en la mirada que este pobre hombre.

                  à ¡Eso no es verdad!

                  Pues vale. No es verdad.



                  La extrema derecha


                  La Extrema Derecha es Marine Le Pen. La extrema derecha no lo es por creer en modelos neoliberales (el neoliberalismo no tiene modelo o base ideológica. Es como el agua, se adapta sobre cualquier cosa). La Extrema Derecha defiende valores nacionalistas, la preservación de las cosas establecidas tal cual están, se opone a muchos cambios o mezclas, si la derecha se vincula con el conservadurismo, y la izquierda con el progreso, la extrema derecha sería un extrema conservadurismo y preservación. De ahí que los sentimientos de xenofobia aparezcan tan rápido ligados a la extrema derecha: todo lo que venga de fuera, es malo, va a modificar nuestro entorno, nuestro funcionamiento.

                  Ciudadanos no es ultraderecha (y sé de lo que hablo). En España no tenemos Ultraderecha, tenemos neoliberales (incluyendo a nuestro amigo Iglesias, que ya ha puesto un pie en las mieles del dinero, y le da gustito). Pero, ideológicamente, no hay ultraderecha. En Francia sí.

                  Javier Nart, que podrán acusarlo de exaltarse un poco en los debates, pero de nada más, es una de las personas más razonables que veo hoy en día en el panorama mediático. Es socialista convencido (con sombras y conciencia…). Es un hombre comprometido. Viajado. Leído. Ilustrado. Humano. Es de Ciudadanos. Podríamos acusarle a Nart el exaltarse un poquito (a veces) en los debates, pero no podríamos decir que es “necio” o “tonto”. Y si está en Ciudadanos, quiere decir que… párrafo aparte:

                  Quiere decir que:

                  La gente (movida por sus sombras) ve lo que quiere ver.

                  La gente (movida por sus sombras) emplea las palabras que sirvan mejor a sus propósitos (incluso cometiendo la maledicencia de matarlas, inutilizándolas para cuando haya que usarlas realmente): decir que Rivera es la Ultraderecha es decir que Rivera es igual a Le Pen (y si le dices eso a un francés, te tira la boina a la cabeza, te da con la baguette en la cabeza y se limpia el mostacho con tu bandera).

                  La gente está atrapada en sus sombras. Y así vamos.

                  Lo bueno de las sombras, amigo mío, es que no son eternas. Tienen un límite: la muerte. Ahí ya nos terminaremos de reír como corresponda.

                  Hasta entonces (espero que antes):

                  Muchos abrazos, mi querido Óscar.

PD: Ningún político hará nada en España para conseguir que yo vuelva. La realidad española no ha cambiado en más de 2.000 años, no va a cambiar ahora (uy, menos ahora). No culparé a ningún político por el hecho de que yo esté aquí, cada persona genera su propia Realidad, su propio entorno. Mis problemas me los he buscado yo, mis bendiciones también. Hasta nueva orden, me quedo aquí, donde mis sombras están más atenuadas, donde la luz se filtra más y mejor en mi vida.

                 

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