Respuesta a UTBH a partir de su
vídeo “Vox, ¿en serio?
https://www.youtube.com/watch?v=DAzyEWpx-sw&t=1s
El mundo funciona con dicotomías.
Estamos tan presos de nuestra estructura mental, que salirnos de ese sencillo
mecanismo, es casi como sacarse una estaca del vientre. Duele, sí, pero tratar
de sacarla duele aún más. La cosa es que, una vez sacada, se siente un gran
alivio. Y una vez sanada la herida, al fin comprendemos cuál es el estado
natural que debíamos tener, antes de que alguien (¿nosotros mismos?) nos
hincara (nos hincáramos) la estaca en pleno vientre.
La mente es así, así son los
prejuicios. Así concebimos el mundo, y salirnos de eso, repito, es
dolorosísimo, así que la mente crea sus propios mecanismos de defensa para
evitar el dolor: “no voy a sacarme esta estaca, moriré desangrado”, o, aún
mejor: “¿Estaca? Yo no tengo ninguna estaca… tú sí, la veo perfectamente”. En
fin, esto ya lo trataron algunos sabios en la antigüedad, temas de ojos y
bigas…
Así que, utbh, encontrar personas
como tú, que basan todo su trabajo en salirse de las fórmulas maniqueas,
observando y criticando lo que se produce a izquierda y derecha, es un acto
valeroso, qué duda cabe. Te labra, por supuesto, enemigos a uno y a otro lado,
y me gusta ver que en numerosas ocasiones has declarado que no te importa. Lo
aplaudo, francamente.
Ahora bien, en este juego de
decorticar la realidad, debemos tratar de colocar tantas cartas sobre el tapete
como sea posible. Colocarlas todas resulta imposible (creo que el origen de la
mística está, precisamente, en intentar contemplar de un vistazo todas las
cartas que tienen su importancia en la partida, todas al tiempo: ello bloquea
el entendimiento, y lo hace a uno salirse de la mente y habitar en el
silencioso Nirvana… Por ello los místicos hablan tan poquito de política, creo
yo).
Pero bueno, sí que está bien
colocar tantas cartas sobre el tapete como le sea posible a nuestro intelecto.
Al menos eso muestra un auténtico interés en conocer la realidad. En este
asunto de Vox, tú has colocado una carta indispensable, una carta que los
fanáticos estructurados, plenamente identificados con ese partido, descartarán
y rechazarán sin dudar. Los fanáticos de otros partidos opuestos colocarán
otras cartas, algunas, incluso, que no forman parte de esta baraja… Harán
trampas, como es común en el mundo de la política.
La carta que has colocado tú es
la siguiente: Vox no es un partido nazi, ni se identifica con el nacismo, sin
embargo, Rocío de Meer, al publicar aquel vídeo, cometió un simple error de
falta de atención y prudencia, no habiéndose informado previamente de la
procedencia del mismo. La parte en la que simulas unas idílicas disculpas de
Rocío de Meer es fantástica. Porque en el fondo piensas que es el fondo de Vox,
y de esta diputada (yo, personalmente, también lo pienso). Y lo que criticas
finalmente es la hipocresía en la que caen al tratar de correr un tupido velo
ante el suceso, enviar balones fuera, con palabras medio vacías y pueriles con
las que parecen tratarnos de idiotas. Fabulosa carta, en serio, la que has
puesto sobre el tapete.
Yo voy a colocar otra más: ¿cómo
funciona la política? En realidad, esta pregunta nos lleva al inicio de mi
mensaje: ¿cómo funciona la mente? Con este sistema maniqueo de buenos y malos,
de blancos y negros, de izquierdas y derechas, donde nos instalamos por
comodidad mental (porque confrontar la idea de quiénes somos nosotros en
verdad, es tan duro como sacarse una estaca del vientre). Pues bien, en un
momento dado de este mensaje te decía que aplaudo tu actitud, por tratar de
huir de estas fórmulas maniqueas en las que, por otro lado, la mayor parte de
los consumidores de política viven. ¿Y por qué llamo la atención sobre este
hecho? Porque es excepcional. Si fuera común, creo, no existirías… O ya te
habrías dejado absorber por uno de los dos polos (como sí le ha sucedido a
algún que otro youtuber que antes seguía, y ya no sigo). Eres excepcional,
utbh, y eso significa que debes estar bastante solo. Rodeado de poquitas
personas que, seguramente, también traten de salirse de esas fórmulas
maniqueas. Y así se está mucho mejor (también sé lo que es). Eso significa que
la mayor parte de las personas sí están atrapadas por el maniqueísmo, el
partidismo, la identificación de tantas cosas que se proponen allá afuera de su
piel. Algunos políticos (no todos) también lo saben, utbh. Algunos, incluso, se
baten por lo que creen que es un mejor modelo de convivencia para un
territorio. Lo hacen desde un gran egocentrismo (pues parten de la base de que
ellos saben lo que es mejor para los demás), pero, aun así, es un poco lo que
hacemos todos cada vez que damos una opinión… En su caso, mucho más desmedido,
pero bueno, no lo hacen con mala intención.
Muchos políticos, si no todos,
saben que sus votantes, en su inmensa mayoría, son personas dominadas por esta
estructura mental: el maniqueísmo. Sánchez o Iglesias son claros ejemplos de
ello: cuando cometen un patinazo, saben tirar balones fuera como nadie, o, en
casos extremos, sacar su repertorio de palabras arrojadizas: “fascista, ultraderecha,
etc.”. Lo hacen a sabiendas (se ve, algunos vemos, que no creen en lo que
dicen. Pero saben que así funciona el juego, porque así funcionan las
personas). Son publicistas.
Vox también lo sabe, y aunque
hubiera sido fantástico que se hubieran producido las disculpas que emulas en
tu vídeo, saben que no se están dirigiendo a personas críticas, juiciosas,
buscadoras de la verdad dentro de su piel (y no fuera), porque si así fuera
(creo) no estarían en política.
A sabiendas de esto, han
preferido activar del mecanismo “balones fuera”, que, quieras que no, a sus
adversarios les funciona perfectamente. Y a ellos les funcionará también, dudo
que tras este incidente se vean descender en las encuestas. Así funcionamos.
Ahora voy con mi subjetividad del
asunto: yo no soy de ningún partido, ni me identifico al 100% con ninguna
ideología, si bien aprecio ciertos puntos que estimo atractivos y saludables en
todas ellas. Dentro de mi subjetividad, y desde mi más profundo respeto hacia
las otras subjetividades, estimo que Vox es el único partido a día de hoy capaz
de proponer un modelo coherente de sociedad para la España de los años 20 del
siglo XXI. A pesar de lo que se diga de ellos, lo que yo veo es que es un
partido completamente de centro. Si bien con una manifiesta sensibilidad hacia
la religión, la tradición y el conservadurismo, no plantean la imposición de
dicha sensibilidad a modo de dictadura. Al contrario, nacen, justamente, para
representar a los millones de personas que viven esa sensibilidad y que ven,
día tras día, cómo todos los partidos van censurándolos cada vez más. Podríamos
debatir sobre cuestiones como el matrimonio homosexual o el aborto, aunque son
asuntos en los que, cuando se produce el debate, lo primero que observo es que
la gente prefiere dejar fuera del tapete bastantes cartas importantes… Un
magnífico jugador de cartas, pues las pone todas (creo) sobre la mesa, es
Agustín Laje. Pero bueno, podremos hablar de esto en otra ocasión.
Y esa era mi carta: un error de
Vox, por supuesto. Una salida, ante el error, completamente improvisada y
pueril, también. El conocimiento de que así debe de ser, porque las personas
juiciosas y realmente críticas escasean, también.
En cualquier caso, enhorabuena
por tu trabajo, utbh.
PD: Hace unas semanas,
conversando con una amiga, bastante de izquierdas, bastante implicada en el
feminismo, le dije que me preguntaba qué tendencia política tendría un místico,
una persona entregada al conocimiento y fondo de sí (con mi pregunta capciosa,
pretendía yo abrir un debate, a través del cual, quizá, pudiera abrirle los
ojos. Su respuesta clausuró el debate, abriéndome los ojos, realmente, ella a
mí. Me dijo que una persona realmente trascendida, desde este enfoque
espiritual, estaría completamente más allá de la política. En otras palabras:
“se la sudaría”. Quizá algún día recibas tantos fogonazos de tantos flancos, que
acabes por ponerte a hacer vídeos de cómo construirte una cabaña en el monte.
En ese (u otro) caso, seguiré siguiéndote).
Un saludo.
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